Comúnmente se escucha decir a personas: Ser vegan es extremo. Son demasiado radicales.
Considerando que ser extremista es estar muy alejad@s del centro político o del espacio social del consenso, podemos orgullosamente decir que somos extremadamente lógic@s, sin duda estamos radicalmente en contra del abuso y esperamos prontamente que el veganismo sea normal. Para convertirse en norma y ley, antes del colapso.
Cuando te llamen radical puedes contestar inmodest@: “¿Es un halago? Entiendo que querer aportar lo menos posible al sufrimiento ajeno nunca es malo”
Y es que muchas veces, ser extremista no es negativo: por ejemplo somos extremistas en lo que respecta al maltrato de menores y nadie nos critica por esta radicalidad.
De la misma forma, intentar evitar el maltrato hacia los demás animales simplemente es abstenerse de causar daño innecesario.
Ser radicales es abordar el problema desde la raíz y es una postura necesaria al elegir veganismo, ya que no se puede hacer de manera flexible o moderada.
Porque realmente, ¿qué pensarías de alguien que se posiciona moderadamente en contra del abuso? Piénsalo.
Texto por VeganPoint
Edición: Videos Veganos